Patones de Arriba es ideal para hacer una escapada desde Madrid y disfrutar de rutas por el casco histórico y por su entorno natural.
Al nordeste de la Comunidad de Madrid se encuentra el término municipal de Patones, al que se llega por la carretera M-102 (que se coge desde la localidad de Torrelaguna).
Como el acceso con vehÃculos está restringido en Patones de Arriba, es recomendable aparcar en el parking disuasorio ubicado junto al polideportivo de Patones. Desde allà mismo, sale la Senda Ecológica del Barranco, que une Patones con Patones de Arriba y que transcurre por un barranco de piedra caliza, con gran valor geológico y paisajÃstico. El recorrido es de aproximadamente 850 metros.
Los restos humanos más antiguos que se han hallado en la zona, concretamente en la Cueva del Reguerillo (declarada Monumento Histórico ArtÃstico en 1944) datan del PaleolÃtico y ya a finales del siglo XVII Patones aparece citada como un barrio de la villa de Uceda, a la que perteneció hasta el XVIII. Del año 1653 data la primera referencia escrita sobre el Rey de Patones. Cuenta la leyenda que la localidad estaba regida por dicha figura que, más que un rey, era una especie de alcalde o juez de paz que administraba justicia entre los vecinos. Este tÃtulo hereditario debió de mantenerse hasta 1750.
En la actualidad, el término municipal está formado por dos núcleos de población de aspecto bien distinto, Patones de Arriba y Patones de Abajo. El segundo es un entramado urbano completamente nuevo que se formó en las inmediaciones de la carretera principal cuando, a partir de la década de 1960, los habitantes de Patones fueron estableciéndose allà y se construyó el nuevo pueblo.
Patones de Arriba, por su parte, es un lugar pequeño, tranquilo, lleno de historia, de aspecto muy cuidado y gran belleza arquitectónica que fue declarado Bien de Interés Cultural. Es un lugar de visita obligada en la Sierra Norte gracias a su espÃritu rural, que se mantiene intacto en cada una de sus pintorescas callejuelas enlosadas y en sus construcciones de piedra, pizarra, madera, adobe y teja árabe.
Para conocer mejor este singular y entrañable pueblo a través de su patrimonio arquitectónico, no hay nada mejor que el Ecomuseo de la pizarra al aire libre, que propone dos sencillos itinerarios señalizados con paneles informativos y que comienzan en el Centro de Iniciativas TurÃsticas, Educativas y de Ocio (Citeco), con sede en la antigua Iglesia de San José, originaria del siglo XVII.
Una de las rutas es la de las Edades de la Arquitectura, que muestra los orÃgenes y la evolución de la sociedad local a través de su arquitectura tradicional. La otra es la de la Arquitectura de los Alimentos, que recorre bodegas, hornos, eras, cochiqueras, tinados y otros lugares donde, antiguamente, se elaboraban los alimentos.
En Citeco, además, se facilita información sobre la arquitectura de pizarra en España y en la Comunidad de Madrid, los principales materiales rocosos y distintos conceptos sobre las construcciones de la zona. También hay una exposición permanente de fotografÃa sobre Patones, y paneles, maquetas y proyecciones audiovisuales que permiten descubrir su entorno geográfico y natural. En la segunda planta se programan muestras temporales de varias disciplinas artÃsticas.
Y ya que está en esta encantadora localidad, aproveche la ocasión para pasar la noche en una de las acogedoras casas rurales de la Sierra Norte de Madrid y, cómo no, para saborear las suculentas y variadas propuestas gastronómicas que ofrecen los restaurantes de la Sierra Norte de Madrid.